Las raquetas de nieve son unos utensilios que se acoplan a las botas y sirven para desplazarse con más comodidad y rapidez sobre terreno nevado o helado, utilizándose sobre todo en la práctica del senderismo, montañismo o alpinismo en invierno. Distribuyen el peso de la persona sobre una superficie más grande de manera que el pie no se hunda completamente en la nieve, como consecuencia del que se llama «flotación».
Para realizar paseos o rutas con raquetas de nieve necesitas el siguiente material:
- Raquetas
- Polainas
- Botas de montaña impermeables
- Bastones telescópicos
- ARVA (Aparato de rescate de víctimas de avalanchas)
- Sonda
- Pala
- Gafas de sol
- Ropa adaptada a la climatología.
- Mochila con agua, comida y chaqueta impermeable y transpirable.
Te recomendamos contratar los servicios de un guía de media montaña las primeras veces, para conocer todos los secretos de este material y aprender a usarlo.
Las raquetas de nieve tradicionales tienen un marco de madera dura con cordones de piel. Las modernas, mayoritariamente, están hechas de metal ligero o son de una única pieza de plástico acoplada al pie para distribuir el peso.
Además, suelen disponer de algunos elementos que mejoran el diseño original, como son:
- Unión del pie a la raqueta por la puntera mediante un eje pivotante. Lo que permite levantar el talon y flexionar la rodilla sin levantar la totalidad del peso de la raqueta.
- Pequeños crampones o cuchillas en la suela para poder caminar sobre nieve dura o hielo.
- Alza para el talón, que hace mas descansados los ascensos al modificar la inclinación del pie.
- Gancho delantero, que mejora el agarre en los descensos.
